Ser feliz es una obligación a la que, en ocasiones, tenemos miedo aunque suene paradójico.
Significa tener, estar, manifestar, sentir…, significa conectar.
Tener ganas de vivir, convicción, verdad interior que manifestar y no oponerse a ella, estar al margen de lo que otros piensen o digan de cómo uno ha de vivir esa dicha, significa manifestar la esencial naturaleza propia, sentir que aquello que se tiene ha de darse porque cuando uno da lo que es da todo lo que tiene. Significa tener una mochila poco cargada de negativo y mucho de positivo, dar color a un día gris, ponerte alas para volar y emprender el rumbo que el destino te marcó con tu permiso porque el destino lo conformas con tus decisiones veraces.
Ser feliz es simplemente vivir en armonía entre lo que pensamos, sentimos, hacemos y decimos aun sin dejar de reconocernos imperfectos porque ser feliz, también, es aceptación y reconocimiento. Y yo apuesto por ser feliz no dejando de pasar la oportunidad que la vida me brinde…
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