Diez tendencias que estás deseando y que ellos... van a detestar (sí o sí)

Es febrero y hace frío, pero por algún motivo que no alcanzamos a entender nos da por pensar en las tendencias de primavera, porque también nos da por pensar que está llegando el buen tiempo. La esperanza es lo ultimo que se pierde. 

Entre unas cosas y otras nos ponemos los dientes largos pensando en nuestros potenciales looks primaverales, y alguna temeraria ya se atreve con los primeros looks florales y vaporosos aunque se tenga

que poner por encima un cardigan, una trenka y una maxibufanda.  


Pensando en esta esquizofrenia del estilo, vamos a revisar esas tendencias que querrás poner en práctica en cuanto la temperatura suba diez grados, y que te harán sentir en la misma cúspide del fashionismo mientras tu chico horrorizado, o la clase masculina y heterosexual en general, solo se hará una pregunta: “¿Por qué?"

Pantalones estampados florales: Reaparecieron el verano pasado para horror de propios y extraños pero los adoptamos (nosotras) con entusiasmo, gracia y soltura. Mientras ellos encendían velas a todos los santos para que volviéramos al vaquero negro, sobrio, poco arriesgado y que marca lo que tiene que marcar. Ni más ni menos. Esta primavera tendremos revival y ya amenazamos con rescatar los del año pasado o en adquirir unos nuevos. Ellos, otra vez, no lo entienden. Si eres de las de armas tomar y lo combinas con un top también estampado o unas botas animal print, no tienes remedio. Pasarás automáticamente al lado oscuro. Los chicos pueden asimilar con dificultad una prenda de estampado floral, el conjunto, los echa para atrás.

Manicura
arty, con volumen, en colores metálicos (verde/azul): No te dejes engañar, a los chicos no les gustan las uñas demasiado larga. Los intimidan (y según que uñas se ven por ahí, lo puedo entender), pero bueno suelen ser flexibles e inteligentes cuando una chica le gusta y pueden pasar por unas uñas un poco largas. Eso sí, mientras más largas las uñas, más clásica la manicura. Uñas largas más manicura con volumen, estructura y color metálico es igual a horror total en el cerebro masculino. Yo no me arriesgaría nunca en un primer encuentro, para el que recomiendo uñas cortas y manicura clásica. Para experimentos y manualidades varias ya habrá tiempo si las cosas salen bien.

Los pantalones de talle bajo o muy altoExcepto si sales con un insider, todo lo que se salga de la normalidad en material de pantalones les parece demasiado transgresor. Los de talle bajo porque cuando te sientas se puede descontrolar la situación de la ropa interior. Los de talle alto porque, a no ser que seas Kate Moss, te quedarán peor que los otros, los de talle normal. Así que deja los vaqueros arriesgados para salir con tus amigas. Ellas sí entienden ciertos códigos y a ellos mejor no someterlos a experimentos de resultado azaroso.


Los petos (que no los monos): Son cómodos, disimulan una incipiente tripa, esconden los michelines más resistentes. Los lleva Alexa Chung, muy bien llevados por cierto, y en general son lo más… pero a ellos sólo les parece que vas a hacer bricolaje. No se plantean otra cosa. No les seduce nada, desde luego piensan que no te has currado nada el look para quedar con ellos, aunque en esto se fijan menos. En lo que sí reparan es en que, efectivamente, el peto te ha dejado sin formas, ha escondido los michelines, pero también todo lo demás.


TurbantesSon el no va más de la sofisticación, nos hacen sentir que vamos a cenar al Casino de Montecarlo, nos hacen ganar centímetros, y si tienes un bad hair day (modo anglosajón de llamar a esos días en que tu pelo se levanta con vida propia) es la solución perfecta … pero ellos piensan de otro modo. ¿Quién se pone un turbante? Desde luego su pensamiento irá más por el rollo étnico-higiénico que por el momento sofisticación-estilo. Dicho queda.

Las sudaderasRenacieron como el ave fénix desde las cenizas de los noventa. Con fuerza y versatilidad. Vuelven clásicas o historiadas, con aplicaciones de piel, estampadas, de seda, estructuradas … Pero da igual. Para ellos es una sudadera y punto. Ropa de deporte, chandalera, poligonera … llámalo X … ellos siempre preferirán otra cosa.

Camisas vaquerasNos encantan, pero a ellos les aburren. Son demasiado masculinas y nos las ponemos demasiado o, simplemente no les gustan. Tampoco les gustan particularmente las camisas de leñador pero las toleran mejor. Seún una leyenda urbana que corre desde tiempos inmemoriales, la única camisa masculino que les gusta a los chicos es una blanca robada de su armario para andar por casa. Pero, ya digo, es solo una leyenda urbana. Lo ignoro todo al respecto.


La raya del ojo tamaño XXL y el maquillaje estilo TitanluxContrario a la creencia popular, a los chicos les gustamos más sin maquillar. Al menos, sin que se nos note que llevamos maquillaje. Si sabes cómo hacerlo, nunca se darán cuenta de que llevas máscara de pestañas y corrector de ojeras. Pero si te plantas una raya de tres centímetros de grosor en el párpado levantarás la liebre. Tampoco se enterarán demasiado si unificas el tono con un maquillaje ligero y bien extendido (y llevado hasta por debajo de la barbilla), pero si te pones una máscara el efecto será contraproducente. Los excesos de maquillaje se pagan.

Cuñas, alzas y plataformasDigámoslo cuanto antes: a los chicos les pirran los tacones, son elegantes y perfilan la pierna. Pero todo no es una cuestión de altura es, sobre todo un asunto de proporciones. Es muy feo que el tacón sea casi más largo que tu pie (o que de esa impresión óptica). Es horrendo que el zapato parezca un armatoste que te han colocado al final de la pierna y que desentona con el resto del cuerpo. Ya lo dijo Manolo Blanick, las bajitas no tienen que usar tacones demasiado esculturales
El efecto jirafa no les gusta nada a los chicos, y lo de ir por las calles con una chica con una minusvalía temporal, incapaz de caminar por los zapatos, les espanta. Con las cuñas, el odio es aún más profundo, no sabemos por qué las asocian a los zapatos ortopédicos y a las amigas de su madre.

Leggins de plasticucho¡Ohh la polipiel! Ese ubicuo material que aparece por todas partes y ahora ha invadido los leggings y pantalones creando unas obstruciones en la transpiración dignas de ser estudiadas en cualquier facultad de medicina. Su brillo deslumbrante (es lo que tiene el plástico barato) puede ser distinguido hasta por un neófito de la moda, y el tacto es la pista definitive. Un leggings de plasticucho se calienta aunque la cota de nieve esté a su nivel mínimo. En este punto soy una radical: ¡Nunca te compres un leggings de plasticucho! Pero como la vida es talante, tolerancia, equilibrio y cordura, os dire que si ya tenéis uno en el armario, nunca sometáis a un hombre (sea pareja estable o ligue ocasional) a la prueba del plástico.


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