• Enfrentar la verdad

Decidió enfrentarlo y separarse de él. Sin embargo, el saberse descubierto lejos de alentarlo a irse, lo hizo recapacitar y pedir perdón. Aunque ella decidió continuar, no estaba dispuesta a olvidar de una manera fácil. Fue por eso que consideró que lo único que borraría los sentimientos de derrota, humillación y frustración que le había dejado el engaño, era la venganza.
• Planear la venganza
Pasaron un par de meses antes que encontrara el momento, el valor y la persona que consideró adecuada para hacerlo. Fue algo totalmente planeado, incluso imaginó la forma en que se lo diría. Deseaba que su esposo viviera en carne propia todo el dolor que un engaño puede causar. Sin embargo, hacerlo no le otorgó el alivio imaginado: muy al contrario, le dejo un vacío y un sentimiento de derrota.
Esa noche llegó a casa con la culpa a flor de piel, entró a casa en forma lenta, sin estar segura de lo que haría. Comenzó a dudar si lo diría o no; tal vez el simple hecho de haber perpetrado su venganza podría resolver su conflicto con el perdón y el olvido.
• Arrepentimiento
Entró despacio, su esposo preparaba la cena junto a sus dos pequeñas hijas, quienes reían entre verduras, pan y galletas compartidas. Al sentir su presencia, observó la mirada llena de amor de su esposo, la felicidad dentro de las risas de sus pequeñas y la hermosa familia que había lastimado.

De la misma manera, comprendió que no solo había lastimado a su familia, sino que había dañado a la persona más importante de su vida: ella misma. Se había traicionado a sí misma, sus principios, su cuerpo, sus valores.
• El poder del perdón verdadero
Pudo haber perdonado de una forma auténtica, como aquella vieja frase que escuchó alguna vez: "El perdón llega cuando los recuerdos no hacen daño". El perdón real, es el que libera el alma del dolor. Es una acción que, al otorgarse, también se recibe.
O pudo decidir perdonarlo sin seguir juntos. Aceptar lo bueno que vivió en su relación y dejarle ir, como una manera de respetar la libertad de cada individuo. Sin un afán de posesión absoluta. Sin embargo, optó por quedarse, y al mismo tiempo dañar aún más una relación que pudo haber surgido de las cenizas, como la leyenda del águila, que debe deshacerse de sus alas para poder renovarse.
• Enfrentar las consecuencias

Muy tarde, pero Lorena comprendió al fin que la venganza no puede traer paz, y sí mucho dolor. La paz interior solo se logra cuando nos liberamos de la pesada carga que es el rencor, el cual le hace más daño a quien lo alimenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Podéis comentar y/o sugerir todo lo que os apetezca, siempre manteniendo respeto.